La cátedra de Cerámica de la Universidad de Costa Rica celebra su quincuagésimo aniversario con una exposición en el museo Calderón Guardia con obras de más de 50 artistas formados en esta carrera.
Esta exposición fue inaugurada el pasado 5 de octubre con un acto de homenaje a las artistas Cecilia Fonseca (fundadora de la carrera), Ivette Guier, Xinia Marín, Carmen Aguilar y Eugenia Vega, y estará abierta al público de manera gratuita hasta el 21 de este mes.
“Desde el año pasado, empezamos a hablar de que había que celebrar en grande y retomando espacios como el Museo Calderón Guardia, que históricamente ha sido sede de nuestras exposiciones”, declaró Beatriz Parra, artista y docente de Cerámica.
Según Parra, la selección de los artistas se dio por invitación, buscando ser representativas con la larga historia de la carrera y tomando en cuenta la capacidad del recinto para exhibir una cantidad determinada de obras.
“Es muchísima más gente la que ha estudiado en estos 50 años, yo podría decir que unas 500 personas, pero el museo tiene un espacio y entonces escogimos a los representantes más importantes”, afirmó la organizadora.
Para la selección de obras, asegura la ceramista, se dio libertad en las temáticas y en la fecha de creación, esto debido al corto plazo y también para incluir piezas de artistas ya fallecidos, las cuales fueron enviadas por sus familiares.
“Cinco meses no es suficiente, yo estoy segura de que estas últimas semanas todos los hornos estuvieron encendidos cocinando la pieza para esta exposición, porque la mayoría trajo obra inédita”, comentó la docente.
Mujeres moldearon historia de un arte menospreciado
Como explica Ivette Guier, artista homenajeada y parte de la primera generación graduada en Cerámica en la UCR, al momento de su ingreso en la Escuela de Artes Plásticas en 1969, la artista y docente Cecilia Fonseca libraba toda una lucha para que este énfasis fuera incluido en la carrera.
“Le costó a doña Cecilia Fonseca muchos, muchos años, pues tenía la oposición de prácticamente todo el conjunto de profesores porque pensaban que la Cerámica era un arte menor y no podía pertenecer a la Escuela (de Artes Plásticas) porque no era ‘puro’”, detalló Guier.
A la recién graduada Guier, quien pensaba sería profesora de Artes Plásticas en algún colegio, le ofrecieron la posibilidad de ser la encargada de formar a los próximos estudiantes en un taller cerámico de reciente implementación y que requería un proceso de evolución tecnológica.
Con el afán de ampliar su conocimiento y a la vez poder ponerlo a disposición del taller, la artista empezó un recorrido de aproximadamente dos años, empezando en Taiwán y trasladándose después a Francia.
“Una sale pensando que en los otros lugares son mejores y se da cuenta de que mi educación era muy sólida, porque pude absorber lo que conocí en esos países gracias a las bases que me dio la Universidad de Costa Rica”, aseguró la ceramista.
“Es un evento histórico, la primera vez que logramos reunir a tantos ceramistas de generaciones desde hace 50 años en un mismo lugar, también es muy importante porque tenemos a las profesoras como una memoria viva”, Beatriz Parra, artista y docente de la cátedra de Cerámica de la UCR.
Luego de este periodo, la UCR le dio un “ultimátum” sobre la oferta para ser docente en la institución y, aunque asegura quería quedarse un año más en Europa, terminó por retornar a Costa Rica.
“Ahí yo pensé: siento que me gustaría darle cosas a mi país y no quedarme en un país que no es el mío y que me está yendo bien, pero que todo lo que haga va a ser solo para mí”, relató la artista plástica.
En su paso por la docencia en la UCR, coincidiría con la artista Xinia Marín para formar el conocido en el mundo del arte cerámico como “el binomio” cuya labor formó a varias generaciones de ceramistas en el país.
“Lo más importante y que para mí tiene más peso es ver el trabajo de las personas. Si cierro los ojos y me acuerdo de los primeros trabajos que hicimos a ahora, ha habido un avance y ese es un gran reconocimiento”, expresó la experta en Cerámica.
María Eugenia Vega fue una de las alumnas del “binomio” durante los años 80 y declaró como sorpresiva el reconocimiento que le fue dado por la organización de esta actividad conmemorativa.
“Me tomó por sorpresa, porque para mí las profesoras son Xinia e Ivette, que fueron mis maestras, y nosotras colaboramos, pero no me sentía como la gran ceramista para influenciar a todos”, confesó la arquitecta.
Vega asegura que el trabajo de sus colegas le permitió a ella tener una excelente formación académica, pero también le dio un espacio para ir más allá y poder desarrollar su expresión artística con libertad.
“Para mí la cerámica es un medio para expresarse, pero también puede colaborar con otros elementos para crear la obra. Cuando empiezo a crear profesionalmente mis obras, me desprendo de ese aspecto técnico y empiezo a favorecer lo expresivo; para mí es más importante el mensaje que la técnica”, explicó la artista.
Por su parte, la organizadora y artista cerámica, Beatriz Parra, aseguró que espera un futuro para la Cerámica en Costa Rica, en el cual exista una mayor inversión y apoyo. Recordó la capacidad de este arte para generar “acción social, investigación y docencia”.
“Yo creo que de aquí a unos 20 o 30 años más, estaré viendo que tenemos condiciones similares al primer mundo con comunidades e institutos cerámicos para la formación”, declaró Parra.