La presentadora menciona los datos sobre la siguiente banda, hace tiempo, mientras los encargados del sonido arreglan todos los detalles. En tarima está la banda “Di Gud Frendz”, pantalón caqui y camisa con estampados cafés, todos uniformados, igual las coristas. El de sombrero es Mike Joseph, el cantante, quien camina por la tarima y conversa con sus compañeros. Todo parece normal para la audiencia, pero la explosión musical está a punto de iniciar.
El fin de semana del 16 de julio, el pueblo de Cahuita celebró la quinta edición del Festival de Calipso, ritmo musical que representa a la cultura afrocaribeña del país. Alrededor de 300 jóvenes participaron, como parte de la organización y otros como músicos que en tarima compartieron sus propuestas.
Mike, es uno de estos jóvenes, 15 de sus 31 años los ha dedicado a la música, en específico a otro género caribeño, al reggae. Por diferentes razones terminó grabando unas canciones con un artista francés que llegó a Limón, ahí compartió varios conciertos con los músicos que actualmente lo acompañan, y desde ese momento nació la idea de hacer una banda de calipso.
“El calipso es la cultura de nosotros, indiferentemente de que podamos hacer cualquier género, pero esto es de nosotros, es parte de nosotros. Una de las preocupaciones que teníamos cuando empezamos a hacer calipso hace un año, es que los calipsonians están muy mayores, y cuando ellos no estén, ¿qué va a pasar con el calipso?”, amplió Joseph.
Y esto es algo que se ha planteado en los últimos años, para el organizador del festival y uno de los miembros de Kawe Calipso, Danny Williams, la participación de los jóvenes es importante y es un trabajo que se ha realizado en la comunidad desde hace ocho años.
“Nosotros habíamos iniciado con un proyecto llamado Cahuita Youth, la idea era incorporar al plan de estudios de la zona la enseñanza del calipso en escuelas y colegios, pero por falta de fondos tuvimos que parar con el proyecto “, explicó Williams a UNIVERSIDAD.
Asimismo, en el marco de esta actividad, una gran parte de los jóvenes participaron en foros y talleres relacionados con el tema. Además, existe un esfuerzo desde la comunidad, la propuesta para crear el Instituto del Calipso que se dedique a estudiar este legado cultural, que se centre en la investigación y en divulgar el conocimiento a estas nuevas generaciones. Se necesita infraestructura, un estudio de grabación, un centro de memoria histórica, y festivales tanto nacionales como internacionales, pero la falta de recursos ha frenado el proyecto, según recalcó Williams.
Además, los grupos de calipso se han unido para crear la Unión Nacional para el Fortalecimiento del Calipso Limonense, que es una organización que persigue darle enseñanza a la juventud y hacer una presión política para que se entienda el legado histórico del calipso y lo importante de darle una ayuda real, con diagnósticos académicos y la inclusión de un presupuesto para crear el instituto.
La nueva antorcha del calipso
A pesar del calor caribeño, la audiencia estaba un poco apagada, tímida, Mike los invitó a bailar, los espectadores se fueron acercando poco a poco, se contagiaron del carisma de estos jóvenes y sin darse cuenta, estaban moviendo sus cuerpos con las notas de esta pegajosa mezcla de reggae con calipso.
Ninguno de los miembros de “Di Gud Frendz” es vecino de Cahuita, todos habitan en Limón, o en los alrededores del centro, por ejemplo Joseph es vecino de Corales 2, y hay miembros de Cieneguita, otros de Corales, pero todos comparten esta pasión por seguir con este género, que es memoria viva de la historia de la provincia caribeña.
En esto se podría entrar en una discusión interesante: ¿Existe una forma tradicional de hacer calipso? Para Danny Williams, sí tiene ciertos elementos necesarios: “el calipso es uno, para considerarse calipso original, tiene que estar interpretado en inglés creole, que tenga rima, versos, humor y sátira”, amplió el calipsonian.
A pesar de esto, señala que el papel de la propuesta de Di Gud Frendz “es sumamente importante, porque están acercando a las poblaciones más jóvenes con el ritmo, además, tienen una parte educativa, ya que mencionan otras bandas que fueron importantes en el desarrollo de este género musical”.
Este ritmo musical que se caracteriza por exponer problemas sociales y situaciones cotidianas con su toque de humor y sátira, como lo mencionó Williams, fue declarado como expresión del patrimonio cultural inmaterial afrodescendiente de Costa Rica en el año 2012, según el decreto Nº 37418-C.
El público premia el esfuerzo de la banda, entre ruidosos aplausos piden una canción más, Mike repite el coro que estuvo presente en su presentación: “lo mejor de Limón es su gente…” con un mar de palmas, termina la canción y junto con sus compañeros de banda baja del escenario, algunas personas lo felicitan y todos quedamos con una certeza: ¡larga vida al calipso!