Cultura

Bombshell: depredadores en el poder

La película Bombshell (en español El escándalo) ganó el Oscar 2020 en la categoría de maquillaje y peluquería, en competencia con películas como Joker, Judy y Maléfica.

En esta ocasión, las actrices Charlize Theron, Nicole Kidman y Margot Robbie protagonizan la historia de la conductora y presentadora Gretchen Carlson, del canal de noticia Fox News, tras su salida del famoso noticiero por no permitir más los abusos e indebidos comentarios que constantemente propinaba el director del medio, Roger Ailes, sobre sus piernas y trasero.

Largo camino tuvo que emprender Carlson ante un acuerdo de confidencialidad que firmaban los empleados, el cual servía para esconder este tipo de situaciones abusivas, que dificultó la búsqueda de apoyo y denuncia de más mujeres que trabajaron en la cadena, para demostrar que otras presentadoras también habían sufrido ese tipo de tratos.

Megyn Kelly (Charlize Therón), la conductora más famosa del canal,  fue a quien más se le dificultó reconocer el acoso sexual del cual también fue víctima, según se observa en la película; reconocerlo significaba perder su estatus y su carrera profesional. Por otra parte, la presencia de Margot Robbie en la película –aunque no está ligada a un hecho real– involucra a los espectadores a sufrir en carne propia la angustia, la impotencia y el abuso que viven muchas mujeres por sostener su trabajo ante un personaje de poder.

La historia tal vez se cuenta de una forma liviana, dada la gravedad de los hechos, pero sí queda en evidencia el ocultamiento tácito de los hechos por parte de los colaboradores y personal cercano al abusador, quienes en este caso conocían lo que les pasaba a las chicas que subían al exclusivo piso del jefe.

Es una película para reflexionar sobre el acoso sexual, una de las causas de violencia machista que experimentan las mujeres cada día.

Los mismos sectores empresariales, tales como directores y productores de televisión, utilizan todo este tema a su favor para vender un producto e igualmente fomentan la violencia si es necesario con diferentes programas; a veces exponen las conductas sexuales cuando se trata de hombres poderosos, pero quedan debiendo en cuanto a la responsabilidad que el tema conlleva.

La mayoría de las mujeres no cuentan con la oportunidad y visualización de sus casos, como los tienen las celebridades del cine para impulsar y denunciar estas situaciones contra hombres influyentes o políticos. Hay muchas mujeres de bajos recursos en fábricas, trabajos doméstico y hasta camino a sus casas, que son víctimas de situaciones similares, pero quedan invisibilizadas. Tal parece que esto también pasa por el estrato social de donde venga la denuncia, pues muchos abogados no están anuentes a acusar a estos depredadores con poder. La clase política está dominada principalmente por hombres, lo cual hace más difícil y complicado de ejecutar y detener conductas depredadoras hacia la mujer.

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