Cultura Salón Nacional de Artes Visuales 2019

Artistas jóvenes y mujeres destacan en exposición del MAC

De un total de 327 obras, el jurado seleccionó tres que fueron premiadas. Calidad de generación joven de mujeres destacó entre propuestas recibidas.

Un retrato de un padre, dos ofrendas en cerámica cuyas bases son múltiples senos y un video corto con animaciones digitales en loop fueron las obras premiadas del Salón Nacional de Artes Visuales 2019 y que forman parte de la exposición que el Museo de Arte Costarricense (MAC) ofrece hasta agosto de este año.

La muestra está conformada por 41 obras de 32 artistas costarricenses, que fue seleccionada por un jurado internacional constituido por Juliana Gontijo (Brasil), Choghakate Kazarian (Francia) y Caroll Yasky (Chile).

Las obras premiadas -de las 327 recibidas en la convocatoria- son Retrato de padre (óleo, 2018) de Ruth Bonilla, en la categoría Bidimensional; Ofrenda a la feminidad I y Ofrenda a la feminidad II (cerámica, 2019), de Ana Victoria Murillo, en la categoría Tridimensional; y Campo de entrenamientos para soles fracasados (video, 2018) de Wilson Ilama, en la categoría Otros medios.

El jurado del Salón Nacional de Artes Visuales 2019 otorgó el Premio Tridimensional a las obras Ofrenda a la feminidad I y Ofrenda a la feminidad II (cerámica, 25 x 20 cm, 2019), de Ana Victoria Murillo. (Foto: MAC).

De acuerdo con la curadora del MAC, María José Chavarría, los criterios del jurado fueron establecidos por este de manera autónoma y estuvieron dirigidos a sopesar la correlación entre estética, técnica y concepto, aspectos determinados conforme los especialistas entraron en contacto con las obras y la realidad costarricense.

El jurado constituyó los parámetros a partir de la búsqueda de una obra representativa localmente, pero que también tuviera un aporte global diferenciado, así como un acento en lo naif.


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Los premios del Salón Nacional de Artes Visuales 2019 fueron otorgados a Ruth Bonilla, Ana Victoria Murillo y Wilson Ilama.

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“Buscar un arte que esté fuera del mainstream, algo que no se encuentra en cualquier lugar, que le diera una particularidad”, acotó Chavarría.

El hecho de que los especialistas que integraron el jurado provengan de países diversos implicó un desafío para la evaluación, ya que se presentaron obras con temáticas específicas del contexto costarricense.

Este aspecto fue subsanado por el MAC con un acompañamiento constante y la visitación a varias exposiciones.

De esta forma, el jurado logró alinearse “a las intenciones del Salón de aportar una nueva mirada a la escena artística costarricense”, según hizo constar en el acta de premiación.

De acuerdo con la valoración del jurado, fue una sorpresa que la pintura con obras bidimensionales se constituyera en el medio con mayor representación, característica que contrastó con la recepción de pocas obras fotográficas.

Asimismo, mencionó la temática recurrente de género y naturaleza -con preponderancia del paisaje-,  y destacó la calidad de la producción artística de una joven generación de mujeres sobre el tema de género, en contraste con aquella de hombres con la misma temática que no funcionaron para el jurado.

“Las obras seleccionadas fueron hechas por mujeres hablando sobre mujeres, fue una corriente fuerte dentro de la exposición”, subrayó Chavarría.

El Premio Otros medios del Salón Nacional de Artes Visuales 2019 fue dado a Wilson Ilama por la obra Campo de entrenamientos para soles fracasados (video arte 20 seg (loop) 2018). (Foto: MAC)

Termómetro

El Salón Nacional de Artes Visuales se lleva a cabo por segunda vez a partir del 2017, luego de que de 1972 a 1993 se realizara en un contexto de efervescencia de las artes visuales contemporáneas, con las bienales Lachner y Sáenz y de la Cervecería Costa Rica, la creación del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC), Teorética y espacios de exhibición como galerías.

La curadora del MAC, María José Chavarría, enfatizó en que la idea de retomar el Salón nace por la necesidad de la institución de continuar desarrollando el mandato de fomentar el arte visual.

De este modo, el Mueso logra el objetivo de entrar en contacto con nuevos creadores a nivel nacional mediante una convocatoria a un concurso abierto y con temática y técnica libres.

Si bien en su primera etapa, los salones privilegiaban una sola técnica en sus diferentes ediciones -como por ejemplo, óleo o acuarela, fotografía, pintura o escultura-, a partir de su reciente convocatoria, el MAC tomó la decisión de establecer las categorías únicas de Bidimensional, Tridimensional y Otros medios, en concordancia con la aprobación de la nueva ley de los Premios Nacionales de Cultura en el 2014.

“Actualmente, separar el arte por técnicas es algo obsoleto, pero a la vez decir que cualquier cosa puede incluirse es confuso”, dijo Chavarría.

Otro de los cambios aplicado a esta nueva etapa del Salón es que los premios monetarios son otorgados por el mismo Museo que dedica parte de su presupuesto a tales fines.

Anteriormente, los salones premiaban a través de reconocimientos económicos y adquisiciones, que eran asumidos por las empresas patrocinadoras del evento. En el caso de los dos Salones del 2017 y 2019, el MAC no hizo ninguna alianza público-privada.

Para esta convocatoria, Chavarría afirmó que el 95% de los participantes son artistas jóvenes con un rango de edad entre los 25 y 30 años.

Actualmente, el MAC tabula las zonas del país de donde se originan los concursantes y sus estudios. “Recibimos obras de gente de Tilarán y de Limón, por ejemplo, cosa que nos sorprendió porque solo difundimos por redes sociales e hicimos una campaña fuerte en universidades en el Gran Área Metropolitana (GAM), porque queríamos llegar a un público más joven”, indicó Chavarría.

La convocatoria entre el 2017 y el 2019 subió, pues pasó de 242 obras (no se contabilizó el número de participantes) a 327 de 233 artistas, muchos de ellos mujeres y pocos consagrados.

También se constató una distancia generacional importante, siendo el artista de mayor edad Adrián Valenciano y los menores estudiantes universitarios. También hubo poca representación de personas nacidas en los ochenta y noventa.

La curadora del MAC enfatizó en que no solo para el Museo es un aprendizaje y una manera de llevar el termómetro de las artes visuales del país, sino que para los artistas es también una oportunidad para entender los procesos institucionales de participación en concursos.

“Cómo armar una carpeta, un texto, venir a dejar la obra, eso es educación en el medio artístico y  son herramientas que se requieren en cualquier lugar del mundo”, expresó.

Al sopesar el Salón 2019, Chavarría señaló que uno de los aspectos por reforzar son las capacidades de los participantes para conceptualizar las obras en textos que acompañan sus propuestas.

“No hay una práctica consolidada de elaboración del texto de acompañamiento conceptual a la obra. Muchas veces los textos no ayudan en nada a la obra, no tiene que ver nada lo que estamos leyendo con la obra. Eso el jurado lo va a valorar, lo que se busca es coherencia, y muchos son descriptivos que no aportan. Muchas obras están ahí porque aún así hay algo valioso”.

Esta tendencia contrastó con las conceptualizaciones de los artistas participantes con estudios universitarios que poseen mayor coherencia.

Para Chavarría la pregunta por responder es ¿qué pasa con los artistas que no están en ese nicho, que están en otros espacios, que son autodidactas?

“Eso genera la necesidad de seguir propiciando estos espacios porque es una oportunidad de práctica. Tal vez para algunos era la primera vez que tenían que escribir un texto para acompañar una obra porque nunca se los habían pedido”, concluyó.

El jurado del Salón Nacional de Artes Visuales 2019 destacó la calidad de las obras de las mujeres con temáticas sobre género. Qué calor hará sin vos en verano (óleo, 100 x 175 cm, 2019), de Ivanna Yujimets Hernández. (Foto: MAC)

Premiados

El jurado precisó en el acta de premiación que valoró “la calidad formal y conceptual de todas las propuestas presentadas y premiamos aquellas fuera de las narrativas convencionales”.

En consecuencia, el premio a Retrato de padre, de Ruth Bonilla, fue otorgado debido a que la sinceridad con que la artista expresa su relación afectiva impresionó al jurado.

“Las ropas cotidianas y el fondo monocromo, sumados a la postura del cuerpo y su mirada, nos guían más allá de la historia particular, dando indicios de experiencias que resisten discursos de cualquier tipo”, anotó el jurado.

Y aún cuando la técnica pictórica fue abordada de una forma clásica, según se explicita en el acta, “esta es utilizada para presentar una problemática contemporánea”.

El premio en la categoría Tridimensional fue dado a Ana Victoria Murillo por sus obras Ofrenda a la feminidad I y Ofrenda a la feminidad II, “por evocar una corporalidad ancestral y terrenal”.

El jurado destacó la calidez nutritiva de las mamas combinadas con el salvajismo amenazante de su multiplicación, que provoca una ambigüedad inquietante entre lo animal y humano.

Con respecto al premio en la categoría Otros medios, que recayó en Wilson Ilama por su obra Campo de entrenamiento para soles fracasados, el jurado consideró que “transmite la sensación de estar atrapadas en un espacio a la vez interior y exterior, en el cual dudamos de la posibilidad de escape”.

Para el jurado, el video comunica una sensación de “claustrofobia del espacio virtual, reforzada por el silencio y la velocidad del movimiento circular”.


Horario Museo de Arte Costarricense: martes a domingo

9 a.m. a 4 p.m.

Ubicado en La Sabana, San José.

Entrada gratuita para todo público.


 

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