Cultura Entrevista a Héctor Burke

Artista de la UCR gana el Premio Nacional de Artes Visuales por colección desarrollada a lo largo de 30 años

Héctor Burke, licenciado en Artes Plásticas con énfasis en Grabado de la UCR, fue galardonado por la exhibición Tal cual. Per se, que busca crear nuevas relaciones entre su obra más reciente y de décadas anteriores. Para él, recibir este premio: “es un apoyo y una reconfirmación de que mi obra ha tenido y tiene valor”.

El Premio Nacional Francisco Amighetti de Artes Visuales en la categoría Bidimensional fue otorgado, por parte del Ministerio de Cultura, al artista plástico Héctor Burke por su obra Tal cual. Per se. Esta consiste en una exhibición de algunas obras creadas por Burke a lo largo de 34 años. La muestra de esta colección se dio en el Museo de Arte Costarricense (MAC) y tuvo el enfoque principal de crear y descubrir nuevas relaciones entre sus creaciones más recientes y las clásicas.

En dichas obras, que son parte de la colección privada de Burke, predomina el uso de la pintura de tipo acrílica sobre tela. También se utiliza la acuarela, papel de arroz, pegamento, lápiz, carbón vegetal, tinta de serigrafía y barniz.

La auto referencialidad es la temática que engloba estas piezas de arte. La exhibición muestra varios autorretratos efectuados por el autor a lo largo de su carrera, las diversas maneras en las que entiende y plasma su propia representación y la creatividad que tiene para acercarse a sí mismo. En las obras también se puede apreciar la espontaneidad y la gestualidad como recursos creativos desarrollados en los cuadros.

Héctor Burke es licenciado en Artes Plásticas con énfasis en Grabado de la Universidad de Costa Rica (UCR). En ese centro de enseñanza superior fue profesor de Xilografía, Serigrafía y Grabado en metal.

Desde 1978 ha participado en exposiciones individuales y colectivas en galerías nacionales e internacionales como en el MAC, el Centro Cultural Costarricense-Norteamericano, los Museos del Banco Central de Costa Rica, la Universidad Nacional Autónoma de México, la Casa de las Américas en Cuba, la Ecole des Beaux-Arts en Francia, el Centro Regional para las Artes Gráficas en Estados Unidos, la Pontificia Universidad Católica del Perú, y el Museo Sprengel en Alemania.

También es escritor y ha lanzado una serie de libros como Una fruta en la ventana (1994), La espiral del helecho (1996), Caligrafías negras en el verde (1997), Dirección cuatro caminos (2003), Galeote náufrago y otros estratos (1994-2003) y Poemas inéditos (2013), además de otras publicaciones en diferentes revistas.

Burke ha recibido otros reconocimientos a lo largo de su carrera, además del Premio Nacional Francisco Amighetti de Artes Visuales. Se le ha laureado con el Premio “Áncora de Artes Plásticas 2001-2002”, el Premio Aquileo J. Echeverría en Artes Plásticas en la categoría de Pintura en el 2008, el Premio Artes Plásticas de la Universidad de Costa Rica, el Segundo lugar en el Certamen “Rubén Darío” de Verso Ilustrado, y el segundo lugar del Certamen de “Paisaje Rural-San Mateo”.

UNIVERSIDAD conversó con el artista plástico sobre su proceso creativo para desarrollar este tipo de obras y su sentir sobre ser galardonado con estos reconocimientos. A continuación, se presenta un extracto de la entrevista.

En las obras se aprecia que la autorreferencialidad es una pieza clave, además de las diferentes formas de entender la propia representación: ¿Cómo se da el proceso creativo de crear esa variedad de acercamientos a sí mismo y expresarlos por medio de las obras de arte?

—Bueno, es una reacción a la tercera persona que se daba cuando yo estaba en la universidad. Y todo es una percepción subjetiva de lo que existe, viene de un proceso mental constante, aunque parezca un accidente. Toda mi obra es un proceso, tanto la escritura como lo visual. Es un medio, a veces es un fin. En el inicio está lo que la eclosiona, lo que la motiva. La inspiración es un proceso que se da en las neuronas, en la sinapsis. El cerebro, consciente o subconscientemente, procesa la información.

¿Cómo encuentra la motivación e inspiración para llegar a crear estas obras y los mensajes que hay detrás de ellas?

—Para mí la cotidianidad ha sido muy importante. De hecho, yo prefería trabajar en sodas, buses, parques e incorporar lo cotidiano, incluso transcribirlo en poesía textualmente. Es muy, muy, muy importante esa relación con lo cotidiano. Mi anécdota favorita de una de mis obras es la de una chica de colegio. Estaba en el Parque de la Paz, y ella estaba llorando. Al rato llegó una compañera que le preguntó qué le pasaba y ella le dijo que ese día se había enterado de que era recogida. Yo me fui para mi casa y pinté un cuadro en homenaje a esa chica.

Al ser usted egresado de la UCR: ¿Qué tan importante es para usted contar con recursos desde las universidades públicas para aprender a crear obras artísticas y culturales?

—Si uno se queda solo con lo que aprendió en las aulas, realmente no es una formación muy completa. Una de las cosas que me gustaba eran las horas (asistente y/o estudiante), compartir con gente que estaba produciendo, gente como Joaquín Gutiérrez, el escritor Benjamín Gutiérrez o el músico Juan Luis Rodríguez, y cuando conversábamos, yo pulía mis ideas, no solo a nivel artístico, sino también en otros campos. Y también tener un contacto con gente joven que estaba produciendo, por ejemplo, la gente del Grupo Perro Flaco, que lo integrábamos Juan Luis Rodríguez, Emilia Villegas, Joaquín Rodríguez del Paso, Rolando Garita, Carlos Aguilar, Jorge Crespo, Klaus Steinmetz y yo. Entonces estos recursos no se refieren necesariamente a dinero, otros recursos son el contacto con personas que están en producción con los cuales discutir.

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