Cultura

Amistad, amor y traición vuela en llamas en el cine nacional

Largometraje El pájaro de fuego, dirigida por César Caro, se estrena el 21 de enero en cines comerciales del país.

La imagen de un avión en llamas cayendo del cielo le pareció fascinante al director chileno César Caro.

Tanto así, que ese fue el punto de partida para crear el guión de El pájaro de fuego, largometraje que se estrena el próximo 21 de enero en cines comerciales del país.

El director de El pájaro de fuego, César Caro, filmó el largometraje a lo largo de seis meses en La Carpio. (Foto: Josué Sequeira Tenorio).

En dupla con el productor Drew Irwin de AMI Art Media Image (Producciones AMI Video SA), el proyecto recibió en primera instancia el fondo audiovisual El Fauno del Centro Costarricense de Producción Cinematográfica del Ministerio de Cultura y Juventud.

Luego se logró concretar una coproducción con Estados Unidos (Road Lizard Productions) y Chile (Películas Plot), que financió lo que faltaba para terminar la película.

“Eso es lo que la película va a remover, la gente podrá decir: esto pasa en nuestro país. Eso sería lo bonito que pudiera hacer la película, que generara un debate, que la gente diga que esto está pasando, que toda esa violencia ocurre, y no solo en La Carpio, sino en los lugares más marginales”.

En Chile se hizo la edición de imagen y la música original; la postproducción de sonido, en Los Ángeles, California, en los estudios de Oracle Post, para finalmente terminar la corrección del color y conformado de masters en San José.

También el proyecto recibió el apoyo de La Fundación Humanitaria Costarricense que, junto a los vecinos de La Carpio, fueron fundamentales para concretar con comodidad el proceso de filmación, asumido por un equipo de profesionales del cine costarricense y gente de La Carpio.

A lo largo de seis meses la película se grabó en su totalidad en la comunidad, donde Caro conoció a Larry Olivas, protagonista del largometraje, así como a decenas de personas que colaboraron con sus historias, afectos y trabajo en la realización del proyecto.

La génesis del trayecto se remonta a hace cinco años, cuando Caro hizo el sonido del documental costarricense Los maes de la esquina, de Juan Manuel Fernández.

Caro cuenta que conoció a Olivas en ese momento, así como el mundo particular y fascinante de La Carpio y sus pobladores. Entonces escuchó la historia de la avioneta que cayó en el río que bordea La Carpio, que venía cargada de droga.

Después, para la elaboración del guión, se basó en ese hecho que cambió la dinámica del barrio, con las consecuencias del caso. “Yo no sé porqué me imaginé que el avión venía cayendo en llamas, por eso le puse ese título, porque era como un pájaro que cae y a partir de ese avión que cae pasan cosas después, que ficcioné. Yo inventé estos personajes basado en la realidad de esos barrios marginales como La Carpio”, recordó.

Al conocer a Olivas, se percató de que tenía talento para la cámara, “que actúa muy bien” y le preguntó si quería participar en la película.

Si bien el filme se localiza en La Carpio y narra un hecho que sucedió ahí, Caro sostiene que la historia no es sobre el lugar como tal, aunque sí sobre comunidades similares que resuenan en América Latina.

“He perdido amigos por las malas acciones que toman en el camino, pero eso no me ha detenido para seguir adelante, más bien me motiva para devolverle algo a la comunidad linda que me vio crecer”, Larry Olivas, actor. (Fotograma de El pájaro de fuego).

A continuación un extracto de la entrevista realizada por UNIVERSIDAD a César Caro.

Comunidades como La Carpio son resilientes y viven en un claroscuro: por un lado son luminosas y lúcidas y, por otro, oscuras y tenebrosas. Entre esos dos extremos, que se entrecruzan, la realidad se matiza y se va contando la historia… y aunque la película no es sobre La Carpio, ocurre ahí, tiene el sabor de La Carpio.

—Cuando uno hace una película tiene la ambición de que se vea en todo el continente, lo localista genera ruido muchas veces, no te sirve. La historia no está basada en ninguna vida de los chicos de ahí. Todo lo que pasa nunca pasó realmente, solo lo del avión, pero incluso eso lo ficcioné, porque no venía en llamas y en realidad se han caído varios aviones ahí. Los tripulantes quedaron vivos y se los llevaron, y hubo un rollo con el cargamento y el narcotráfico, y yo no me metí en ese cuento. Me alucinó la imagen del avión cayendo, me daba vueltas. Los personajes son inventados basados en realidades de comunidades como esas; me nutrí de la problemática que hay ahí. Por eso no es justo decir que es La Carpio, porque hay cosas duras y la gente estigmatiza. No es justo para la comunidad porque fue muy generosa con nosotros para poder filmar. No es un retrato de La Carpio, no es un documental, es una ficción.

Los personajes son costarricenses y eso podría posicionar a los espectadores en otro lugar respecto de la percepción estigmatizada de que es una comunidad problemática porque sus habitantes son migrantes nicaragüenses.

—La película habla de una realidad como esa que les pasa a los chicos, que le puede pasar a chicos en Pavas y en otros lados. Es una película cien por ciento costarricense, de su cultura y de la problemática. Son realidades que ocurren en Costa Rica y resuenan en otras realidades en América Latina.

Hay personas que asocian el narcotráfico con ciertas poblaciones migrantes y los costarricenses no solemos identificarnos como “los malos”. El que los personajes sean costarricenses, con acento tico y esa identidad, me parece un acierto porque te devuelve un reflejo de que el país tiene esos problemas y son propios de nuestra cultura.

—Eso es lo que la película va a remover, la gente podrá decir: esto pasa en nuestro país. Eso sería lo bonito que pudiera hacer la película, que generara un debate, que la gente diga que esto está pasando, que toda esa violencia ocurre, y no solo en La Carpio, sino en los lugares más marginales. Aquí hay mucha extrema pobreza, mucho problema con la droga y no solo de narcotraficantes sino de microtraficantes, son chicos y entre ellos se matan. Eso es muy duro. No son solo los cabecillas grandes que no se sabe dónde están. Es una película sobre el chico que vende droga en la esquina.

Que es víctima de un sistema… y los personajes de Tony y Chayote entran en esa dinámica. Otra cosa es que los protagonistas son adolescentes entrando en la adultez, lo que te muestra un segmento de la población invisibilizado. Desnuda cómo viven los muchachos y las muchachas en ese entorno y las relaciones que se establecen entre ellos. Las relaciones de amistad, de lealtad y traición, de amor.

—El tema de la droga y la violencia es evidente, pero en el momento en que voy escribiendo el guión empieza a aflorar realmente el tema de fondo. Es interesante porque cuando termino la película me doy cuenta sobre de qué realmente se trata. Ni yo sé al principio de qué va. Sé el argumento, la línea dramática, sé los personajes, pero los temas afloran después. Yo no digo: tengo un tema de una película, digo tengo una historia y hago una película y el tema sale después. Y así me di cuenta de que el tema era la amistad, porque es un grupo de chicos que crecieron juntos al borde del río, jugando en el río, y se hicieron grandes y empezaron a tomar decisiones ya de adultez; cada uno tomó caminos diferentes en esa realidad y ahí se encuentran. La amistad que tenían de chicos ya no es como era antes, sino que puede haber traición, etc.

La adolescencia tardía entrando a la adultez es un periodo establecido como de transición y no se le pone el foco. Cuando empiezan a ser económicamente activos sí, porque son parte de la fuerza laboral, pero en otros términos no: psicológicamente, el proceso de crecimiento.

—Además es una edad en la que podés tomar una mala decisión y definir tu vida (aunque uno siempre puede cambiar). Ese paso define mucho a las personas, y yo creo que estos chicos en la peli están justamente en ese momento, por eso todos se confunden, porque se quieren ayudar pero a la vez se rechazan, se traicionan.

Pero también se aman mucho…

—Por eso: se quieren y se quieren ayudar, pero a la vez también se quieren alejar porque no quieren tener que ver con esa realidad. Eso es lo que le pasa a Tony.

La música, en particular los raps tienen letras que hacen referencias sociales, a una ética distinta, al valor del arte, de la cultura, de la creatividad.

—Cuando escuché las letras del artista King Star, que es el que hizo las canciones, dije: “es casi la letra de la película”, y así se conectaron las letras con los temas de la película. King Star es un músico que está conectado con la cultura hip hop profundamente, es muy reconocido y respetado, y habla de esas realidades. Se creó una sinergia.

La dirección de arte logra una ambientación cálida de ese hábitat y la fotografía, tomas exteriores muy cotidianas, como esa desde arriba donde se ven los patineteros en la calle y el perro detrás correteándolos.

—Hicimos un trabajo de arte y fotografía buscando las locaciones antes. La Carpio es construcciones sobre construcciones, porque como vienen migrantes nuevos siguen armándolas. Hay mucho claroscuro porque hay fuentes de luz donde no debería haber y lugares que son muy oscuros; eso lo encontramos muy interesante visualmente. Yo quería sacarle el jugo a eso y se los pedí a los chicos de arte y foto. A la vez afuera es super luminoso: el sol pega porque no hay árboles, hace calor, entonces era del sol total, de la luz, a la oscuridad, que era el tema de la peli.

En relación con el guión, la dramaturgia sigue una línea trágica. Me recordó las tragedias shakespereanas en que una acción lleva a otra acción y a otra, formando una gran bola de nieve que desencadena una tragedia sangrienta. Además hay una lección, no es una moraleja, pero sí es evidente que vos como director tomás una posición.

—A mí me interesa mucho Shakespeare y siempre lo estoy estudiando. En este caso tiene ese tono porque Tony es como Hamlet, está lleno de dudas. Yo no lo hice consciente, sale después y lo veo cuando empiezo a analizarlo y hago conexiones. Tony duda, está en un momento en que no sabe lo que quiere hacer, si vengar o no vengar: “ser o no ser”. Claro yo no me estoy comparando con Shakespeare…

Ni yo quise compararte… lo que quise decir es que hay una estructura de guión que es trágica. No es el destino el que te lleva a eso sino las decisiones y las acciones que acometés que te llevan a lo inevitable.

—Todas las decisiones que toman tienen consecuencias. Es una tragedia pero no es gratuita, no es un deux ex machina. Pero hay esperanza también y la escena final marca el sentido que tiene la película, pues es una historia sobre la amistad, de los amigos con los que uno creció, que después tomaron caminos diferentes y son otras personas.


Tragedia y restitución

Larry Olivas, actor (Tony Martínez)

“Le doy gracias a Dios por darme la oportunidad de trabajar en algo que es desconocido para mí, y también me llena de motivación saber que me dio la química con los otros actores para realizar algo que creo que fue un excelente trabajo. Oportunidades como esta se presentan en la vida y pues uno es lo que hace, nada más es hacer lo mejor que uno pueda para sentirse bien con uno mismo y reflejar en los demás el talento que Dios le ha dado. Los temas sobre el narcotráfico y la amistad y el amor entre muchachos y muchachas son temas que no desconozco; toda mi vida he vivido en este barrio. He perdido amigos por las malas acciones que toman en el camino, pero eso no me ha detenido para seguir adelante, más bien me motiva para devolverle algo a la comunidad linda que me vio crecer”.

Noelia Campos, actriz (Rachel)

“Mi personaje es casi el único personaje femenino que tiene peso en la historia, y para mí fue muy importante tener esa voz que representaba este entorno y universo. La historia de Rachel es la de muchas chicas a las que les pesan mucho los miedos y las responsabilidades que solo les tocan a ellas, de cuido, de estar jalando con su madre y su problema de adicción, velar por su casa. La historia de ella es de abandono, de no tener figuras paternas o maternas fuertes que la hubieran guiado por un camino de apoyo. A pesar de la adversidad tiene muy claros sus sueños, sus expectativas de vida, pero no tenía claras las oportunidades y los caminos para lograrlo, por eso es un personaje sumido en la confusión.

Ella tiene un enamoramiento por Tony que no se concretó y buscó otra compañía solo por lo que dice la sociedad, porque tiene que estar acompañada de alguien porque sola no puede, pero siempre la determina el cuido hacia sus amigos, para que tomen decisiones buenas, y aunque está en un triángulo amoroso siempre busca el bien para las dos, no traiciona a ninguno. Ese amor es muy determinante para ella. Además de tener un interés romántico amoroso, es un amor que es de familia, de hermandad.

Interactuar con la comunidad fue lo que más me gustó, porque sea como sea si una no conoce se deja llevar por lo que la sociedad dice: que es una comunidad riesgosa, que hay mucha violencia, estereotipos que tiñen estos lugares urbano marginales. Pero cuando una entra ahí y se empapa de las relaciones, de los colores y de la cultura, esa visión cambia. Sí hay una realidad que hace que muchas personas se vayan por caminos que son más violentos y problemáticos, pero hay todo el otro lado de la comunidad que es gente que se apoya, que crea asociaciones, que hace talleres de apoyo para la niñez y las mujeres. Fue quitarse esa venda de los ojos y realmente conocer y encontrarse con un lugar maravilloso e increíble donde se mezcla la cultura tica con la nicaragüense. Una está afuera y le siembran el miedo, pero cuando una entra y conoce, siente que es un lugar común y corriente, es como mi barrio con cosas “chivas” y cosas más oscuras”.


 

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