Era una tarea difícil que el director Trần Anh Hùng pudiera sorprender otra vez al mundo, difícil porque ya en su debut de 1993 lo había logrado. Y no es fácil acertar dos veces.
Sin embargo, ahora lo consigue nuevamente y con similar maestría.
En su más reciente trabajo, La passion de Dodin Bouffan (A fuego lento o El sabor de la vida), el director francés de origen vietnamita nos entrega una historia sobre los aromas y la cocina; como lo hiciera en su primer largometraje hace 30 años, pero esta vez con un eco francés, muy francés.
Monsieur Dodin, un experimentado gourmet burgués de la Francia del siglo XIX y su cocinera Eugénie comparten recetas, secretos de cocina y, en ocasiones, el lecho.
A pesar de los 20 años que han permanecido unidos, Dodin, quien ha sido apodado el Napoleón de las artes culinarias, enfrentará su más grande batalla en la conquista de Eugénie, y ella tendrá que invertir sus mayores artes en mantenerlo a raya.
Los actores Benoît Magimel y Juliette Binoche, ambos arquetipos mundialmente aceptados de lo que es ser un buen francés, encarnan perfectamente a esta pareja que nos entrega una lección magistral de cocina, donde incorporan datos históricos e incluso anécdotas del gremio culinario. Porque en La passion de Dodin Bouffant, la cocina es el verdadero protagonista.
Así, en un ménage à trois que incluye a los dos actores y a la gastronomía, tenemos el caldo de cultivo de una pasión muy cotidiana, pero al mismo tiempo, poco habitual.
Se suma al calor del set el hecho de que los actores, en sus vidas personales, comparten pasado, una hija común y casi 20 años de separación. El director acá no realizó una elección al azar, claramente sabe cómo resaltar el sabor de sus platos.
Dentro de las recetas podemos ver, casi como si estuviéramos ante un capítulo de MasterChef con lujo de detalles, la cocción del vol-au-vent, lomo de ternera asado, rodaballo al horno (es su olla especial “turbotière”) y torta “Baked Alaska” (omelet noruego), solo por mencionar los platos que abren el menú del filme, en unos 40 minutos casi sin diálogo, con un dominio perfecto de la cocina por parte de Binoche.
La película ganó el premio a mejor dirección en el Festival de Cannes y el premio de Culinary Zinema (sección del Festival de San Sebastián dedicada al cine y la gastronomía) ambos del año pasado, además luchó por una posición en el Oscar a inicios del presente año como mejor película extranjera, pero finalmente no logró la nominación.
La película se basa, de forma libre, en los trabajos del escritor suizo Marcel Rouff, principalmente su libro de 1923, La vie et la passion de Dodin-Bouffant, Gourmet. La obra de Rouff ha sido ampliamente utilizada como referente dentro de la cultura francesa, destaca la adaptación realizada en los 70 para la televisión francesa por Jean Ferniot y la novela gráfica de 2014 de Mathieu Burniat.
La passion de Dodin Bouffant, película con escenarios y tomas muy pulidas, actuación y diálogos muy naturales, además de silencios elocuentes. Todo seleccionado con el cuidado de un gourmet. Eso sí, con más de dos horas de duración nos deja claro que La passion de Dodin Bouffant es una delicatesen apta solamente para el connoisseur.
