Opinión

Salud mental en la Universidad de Costa Rica

El 10 de octubre es el Día Mundial de la Salud Mental; esta ha sido definida en la política nacional como un “proceso de bienestar y desempeño personal

El 10 de octubre es el Día Mundial de la Salud Mental; esta ha sido definida en la política nacional como un “proceso de bienestar y desempeño personal y colectivo caracterizado por la autorrealización, la autoestima, la autonomía, la capacidad para responder a las demandas de la vida en diversos contextos: familiares, comunitarios, académicos, laborales; y disfrutar de la vida en armonía con el ambiente”.

A pesar de que a nivel mundial, casi una de cada diez personas padecen algún trastorno mental, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) solo el uno por ciento del personal sanitario labora en ese campo y el gasto apenas ronda los $2 por habitante por año en países de bajo y medio ingreso, y alrededor de $50 en países de alto ingreso.

Además, ese presupuesto es mayormente dirigido a los servicios de atención, donde se da tratamiento a un pequeño porcentaje de las personas afectadas, y la inversión en iniciativas de prevención es mínima.

Los  efectos del entorno del individuo contribuyen significativamente a la aparición de los trastornos mentales. Algunos factores precipitantes son: sucesos estresantes, problemas familiares, otras enfermedades del sistema nervioso central y abuso o dependencia de alguna sustancia psicoactiva. También el estado de estrés en que vive la población mundial es un detonante importantísimo.

Si bien en Costa Rica no existen estudios epidemiológicos recientes donde se estime la incidencia y prevalencia de los trastornos mentales, ha crecido la demanda de atención en salud mental en la CCSS, así como la tasa de suicidios.

La UCR cuenta con una política en relación con la salud integral y el bienestar de las personas y declaró el año 2020 como el año de la Salud Mental. Para tal efecto, la Oficina de Bienestar y Salud (OBS) ha sido encomendada a elaborar un plan que articule las diversas iniciativas y acciones que se llevarán a cabo en la comunidad universitaria.

¿Cuál es la situación institucional? Del año 2016 al 2018 más del 60 por ciento de los estudiantes que consultaron en el servicio de psiquiatría de la OBS sufrían algún trastorno de ansiedad o depresivo. El principal factor desencadénate es el estrés asociado a demanda académica.

Los casos con sintomatología más leve pueden ser manejados a través de un proceso psicoterapéutico, los más severos requieren tratamiento farmacológico, principalmente antidepresivos. Dentro de los medicamentos disponibles en la CCSS se encuentran fluoxetina, clomipramina y venlafaxina.

Sin embargo, el especialista de la OBS únicamente puede recetar el primero, que tiene a su vez limitaciones de eficacia y tolerabilidad. Ocasionalmente la disponibilidad en la CCSS, obliga a modificar las dosis y con ello a enfrentar los efectos secundarios.

En cuanto a promoción y prevención en salud mental, la OBS coordina  más de 20 programas o acciones en colaboración con otras instancias proactivas en la materia: Comunicación y Piscología, entre otras. No obstante, el esfuerzo realizado no es suficiente, pues persiste una creciente demanda de atención profesional.

Por todo lo anterior, la situación exige una clara estrategia institucional que aborde las principales necesidades, entre otras:

  1. Una evaluación de la población estudiantil al momento de ingresar y a los tres años de estar en la Universidad, con lo cual se estudiaría el impacto que tiene el entorno universitario en dicha población.
  2. Un diagnóstico de salud mental de la población universitaria incluyendo la administrativa y docente.
  3. Un estudio de prevalencia y factores de riesgo mediante el cual se podría identificar aquellos grupos de mayor riesgo y maximizar la utilidad de los recursos disponibles en salud mental.
  4. El aumento de la contratación de personal para el diagnóstico y seguimiento de los casos, así como la articulación de los diversos esfuerzos dirigidos a la prevención.

Dado que los trastornos mentales son producto de una compleja interacción entre el componente genético y el ambiental, modificaciones puntuales del ambiente universitario tendrán un importante impacto positivo en la salud mental.

Suscríbase al boletín

Ir al contenido