Opinión

Relatos sobre Venezuela

El domingo 3 de marzo de este año (2019) La Nación S.A. publicó, como acostumbra desde hace años, un artículo de su “intelectual” dominical, Carlos Alberto Montaner, quien se pregunta

El domingo 3 de marzo de este año (2019) La Nación S.A. publicó, como acostumbra desde hace años, un artículo de su “intelectual” dominical, Carlos Alberto Montaner, quien se pregunta “¿Qué pasará ahora con Guaidó?”.

Guaidó es el autoproclamado presidente de Venezuela con respaldo de EEUU y algo más de 50 países del mundo, dentro de los cuales no están Uruguay ni México. El primero es el más connotado régimen democrático del área y México uno de los tres grandes del subcontinente.

Israel reconoce a Guaidó. También Taiwán y Guatemala. Los tres tienen algo en común: no existirían con su realidad actual sin el apoyo de Estados Unidos o su “benigna negligencia”. Montaner se preocupa porque el Grupo de Lima renunció al uso de la fuerza “para salvar a los venezolanos de la barbarie del régimen”.

El “uso de la fuerza” es un eufemismo por “invasión militar” a cargo de EUA y, en este caso, Brasil y Colombia. Montaner nunca elude la mentira folklórica. En recuadro, el periódico le resalta: “La Casa Blanca no renuncia a la utilización de su imbatible fuerza militar”.

¿Imbatible?

EUA perdió por paliza en Vietnam (1973-75) y empató en Corea. Por esto existen una Corea del Sur y una del Norte. Tampoco ha triunfado ante la superpotencia de Afganistán. Sobre estas derrotas, empates e indecisiones (con millones de muertos, lisiados y desaparecidos) hasta Hollywood y la televisión gringa hacen películas, novelas, series de televisión. Solo Montaner no desea darse por enterado.

Si EUA resolviera invadir Venezuela, probablemente obtendría una “victoria” militar, pero dudosamente ello redundaría en prestigio para la administración Trump. Con más seguridad, cooperaría con su no reelección.

Montaner atribuye la flacura del Grupo de Lima al miedo de atizar reacciones de “grupos locales comunistas”, al deseo de sacar a Maduro con presiones diplomáticas y económicas y a la resistencia de las burocracias locales.

Entre estas últimas al parecer figura la administración costarricense que se negó a firmar una Declaración que no incluía la invasión militar.

En realidad ni el golpe de Estado ni la invasión han sido posiciones del Grupo de Lima hasta el momento, aunque EEUU querría sacar castañas “con la mano del gato”. En su psicosis militar Montaner imagina lo que sería la invasión gringa. Babea extasiado: “Estados Unidos puede pulverizar el 99 por ciento de las unidades ofensivas de las Fuerzas Armadas venezolanas en las primeras seis horas de ataque.

Toda la aviación y las bases militares de Maduro serían borradas del mapa. Probablemente, serían exterminados la mayor parte de los líderes chavistas”. Tal vez. También habría que aterrorizar y liquidar a sectores significativos de la población venezolana para asegurar la “tranquilidad” del nuevo (aunque conocido) régimen. Estos “líderes chavistas” de Montaner tienen respaldo de sectores sociales.

Triturado Maduro, hay que “desalentar” y aterrorizar a esa población humilde que Montaner no nombra. Curiosamente la férrea disciplina que La Nación S.A. exige a sus empleados y funcionarios (porque periodistas no tiene) para falsear la realidad venezolana fue trizada ese mismo domingo en la sección de deportes. El título fue “La crisis en Venezuela vista por un tico” (p. 26A).

El tico es Atahualpa González, quien reside en Venezuela desde hace 30 años. Trabaja para la Federación Venezolana de Fútbol. Dice, sencillo: “Desde afuera pareciera que nadie puede salir de su casa, ni en las peores circunstancias un país se encontraría sin medicinas, sin comidas, sin dinero… Yo recorro el país y se juega béisbol, en cada pueblo también se juega fútbol, hay 20 clubes de primera y 20 de segunda, estamos realizando constantemente festivales deportivos. ¿

Habría posibilidad de toda esta realidad, comprobable sin lugar a dudas, sin medicina, sin comida, sin dinero?”. Antes, comentó: “… nos colocan como si no tuviéramos oportunidad de salir a la calle, salir de paseo o con la familia, con los amigos, o al trabajo.

Todo lo contrario, a pesar de las dificultades magnificadas en extremos, acá se sale a trabajar todos los días, compartimos, organizamos tertulias”. Lo de Atahualpa lo publica La Nación S.A.; Montaner dirá que se trata de un maldito y asqueroso comunista.

Que habrá que matarlo para que no siga hablando. ¿Fútbol, béisbol y tertulias querías hijo de p…?

A Atahualpa González, en su sencillez sobria, le recomendamos sacar a relucir, cuando la soldadesca gringa dinamite la puerta de su casa y entre a violar a sus hijos, esposa y madre, y ametralle sus despojos, las banderas populares y dignas de Costa Rica y Venezuela.

Usted verá que esos soldados cobardes sudan de miedo. Para ellos, y para Montaner, ustedes son menos que perros. No tiemble. Despliegue banderas. Usted cumplió con todos. Algún día será otro día.

Usted y los que amó lo vivirán compartiendo generosas con todas las existencias decentes presentes en el cosmos.

Suscríbase al boletín

Ir al contenido