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Plan fiscal: La oposición que fue gobierno es la llave del oficialismo

Con apenas diez votos oficialistas en el Congreso, los diputados del PLN y del PUSC se convirtieron en los principales aliados para que el Ejecutivo apunte a alcanzar su ansiada reforma.

Gran parte del buen destino de la reforma fiscal impulsada por el gobierno del Partido Acción Ciudadana (PAC) deberá agradecerlo a la oposición que le precedió en el poder. Las fracciones del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) y del Partido Liberación Nacional (PLN) aportan la fuerza política de un proyecto que necesitará al menos 29 votos para convertirse en Ley de la República, de los que esas dos fracciones ya aportaron 23 en la primera votación.

Así lo reconocen incluso figuras oficialistas como el jefe de fracción en el Congreso, Víctor Morales Mora, quien señaló que si bien la oposición ha sido fuerte al proyecto desde otros sectores —con 22 diputados en contra y más de dos meses de huelga—, lo cierto es que “sin el respaldo del PUSC y del PLN no tendrían los votos para que el proyecto pasara”.

También reconocieron ese factor el propio presidente Carlos Alvarado y la ministra de Hacienda, Rocío Aguilar, quienes no ocultaron el valor de los votos ajenos en el Congreso —y agradecieron por ellos—, tras el fallo de la Sala Constitucional este viernes.

Este martes en el programa radial Hablando Claro, la jerarca de Hacienda incluso señalaba que “un gobierno que solo tiene diez diputados en la Asamblea Legislativa no habría podido siquiera arrancar o seguir adelante con este proyecto si no hubiera encontrado fracciones responsables”, como califica a liberacionistas, socialcristianos y los dos diputados de grupos minoritarios que se unieron a la bancada más pequeña que haya tenido un partido en gobierno de toda la historia.

Este factor también lo señala Carlos Ricardo Benavides, jefe del PLN, quien además define el fenómeno como un “cambio en el comportamiento” de la oposición, a pesar de que no oculta que ha sido difícil, con el recuerdo tan fresco de varias figuras del actual partido de gobierno bloqueando la reforma de Laura Chinchilla hace poco más de seis años. Entre ellos, por ejemplo, podría mencionarse al ministro de Comunicación Juan Carlos Mendoza, quien en aquel entonces presidía el Congreso y le había declarado la guerra a la iniciativa.

Al respecto, no oculta que “la fracción y, particularmente, él” han recibido “fuertes ataques” dentro de las propias filas liberacionistas, un sector al que califica de “incoherente” por preferir “traicionar un proyecto similar al que ellos mismos impulsaron en el 2012, con doña Laura Chinchilla, con don Edgar Ayales y don Fernando Herrero”, con tal de no apoyar al gobierno del PAC.

“Nosotros impulsamos un proyecto de ley en el 2012 muy parecido a este en los aspectos medulares. Nosotros le presentamos al electorado costarricense un plan de gobierno que incluía aprobar este proyecto fiscal y lo que corresponde es comportarse de manera coherente y no saltar al lado de la demagogia y del oportunismo porque se es oposición”, señaló.

“Eso es justamente lo que hace que el grueso de la gente pierda fe en los partidos políticos, que se comportan de una forma cuando son gobierno y de otra forma cuando son oposición, eso mismo le pasó al PAC, y ahora, como gobierno, empiezan a entender que uno no puede ser irresponsable. Yo espero que tanto el PAC como los otros partidos, cuando regresen a la oposición, vean esta lección de la historia y les afecte para siempre, para que hagan una oposición responsable y no una oposición oportunista”, subrayó.

Por su parte, el jefe socialcristiano, Erwen Masís, también apuntó a un cambio de comportamiento en la oposición del Congreso. En esa línea, a pesar de que su último candidato formó una especie de cogobierno con el oficialismo, el diputado asegura que también existe un recambio generacional que ya no impulsa el bloqueo, en una suerte de madurez política.

“Cambió una generación de políticos, yo creo que los políticos actuales o al menos los diputados de la Asamblea Legislativa no manejan aquel egoísmo que estaba inmerso o intrínseco en cada una de las agrupaciones. Antes si alguien era gobierno el otro le hacía una oposición en todo lo que proponía, pero creo que esos son temas superados, ahora más bien la temática consiste en ver quién propone mejores cosas y el tema es una competencia sana que le ayuda al país”, comentó.

Así las cosas, si los números del primer debate se repiten, el proyecto de reforma fiscal del Gobierno podría aprobarse en segundo debate de nuevo con el apoyo de 35 congresistas: los 10 del PAC, 15 (de 17) del PLN y ocho (de nueve) del PUSC. También se unirían —igual que en el primer debate— el independiente Erick Rodríguez y el republicano socialcristiano Otto Roberto Vargas, los dos diputados que se sumaron a las tres principales bancadas para impulsar la reforma que está a punto de ser ley.

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