Luego de ocho sesiones de encuentro preliminar, más de 100 horas de negociación, tres sedes y nueve propuestas sobre la mesa, el diálogo preliminar entre el Gobierno y los sindicatos finalizó oficialmente esta tarde de lunes en la Casa Arzobispal.
Finalmente, la madrugada del sábado el Gobierno y los sindicatos lograron redactar un acuerdo con el que podrían sentarse a negociar de manera oficial; pero, la mayoría de los sindicatos, luego de una consulta con sus bases, lo rechazaron.
El fin de semana estuvo cargado de acusaciones entre las partes, de rumores y, sobretodo, de mucha zozobra sobre la continuidad de la huelga. De manera inesperada y casi sorpresiva, la Iglesia Católica, quien facilitó el diálogo preliminar por la huelga y el plan fiscal, anunció que su participación concluyó este lunes.
Como reacción a lo anterior y ante un panorama que cada vez más difícil para negociar, la Unidad Sindical dijo que continuará la huelga: mientras que, por el lado del Gobierno, la apuesta por la aprobación del expediente 20.580 de la Ley para el Fortalecimiento de las Finanzas seguirá en marcha “con más fuerza”.
Incluso, este mismo lunes, los diputados iniciaron con la fase de análisis de las mociones de reiteración.
Sin la Iglesia
La Iglesia Católica convocó a los sindicatos y al Gobierno este lunes a las 3 de la tarde para hacer el cierre oficial del acercamiento preliminar que inició desde el pasado 19 de setiembre.
Luego de un encuentro breve que tuvieron las tres partes en la Casa Arzobispal, en el centro de San José, la Iglesia y el Poder Ejecutivo dieron declaraciones a los medios en una conferencia de prensa, mientras que los sindicatos prefirieron no hacerlo.
El primer anuncio que trascendió por parte de la Conferencia Episcopal fue que la tarea que le fue encomendada, como facilitadora de diálogo entre los bandos, colmuninaba esa misma tarde. El Arzobispo de San José, José Rafael Quirós, dijo que, a partir de ese momento, quedaba en manos de “las partes en conflicto alcanzar un acuerdo”.
“Llegados a este momento y habiendo cumplido con la petición que el Gobierno y la Unión sindical nos hizo de mediar en este encuentro previo, antes de la instalación de una mesa de diálogo, le damos gracias a Dios por lo que hemos podido alcanzar”, indicó Quirós.
De la misma manera, el religioso agregó que concluían su labor satisfechos de saber que durante las sesiones finalmente se logró llegar a un acuerdo que servirá como punto de partida para una segunda etapa de negociación entre las partes.
“No han sido horas en vano, ni tiempo que se ha consumido en vano. Ahí está el producto. De nuestra parte agradecer a la Unión Sindical y al Gobierno por habernos pedido que realizaremos esta labor. Invitarlos a seguir adelante. El país no puede detenerse; el diálogo es el camino por el que debe de continuar”, aseveró el sacerdote Quirós.
Una semana de tiempo
Ante la sorpresiva noticia de la Iglesia Católica, el ministro de Trabajo, Steven Núñez, les agradeció por haber sido parte de los primeros acercamientos, al tiempo que adelantó que el Gobierno seguirá con la intención de dialogar con los sindicatos que así lo acepten.
Además, manifestó que el escrito llamado “Documento de consulta a las bases sindicales y sociales” quedará bajo custodia del Ministerio de Trabajo durante una semana para que los sindicatos que aún no hayan realizado la Asamblea para consultar a las bases tengan tiempo de decidir si lo firman o no.
No obstante, esta no fue la idea original que planteó el Gobierno, ya que., minutos antes de ingresar al cierre de la sesión, el jerarca de Trabajo dijo a la prensa que el planteamiento que llevaban a la Iglesia era que fueran ellos quienes se dejaran a cargo el documento para que los gremios que quisieran firmarlo se acercaran sin miedo a ser presionados por los demás bloques que lo rechazaban.
“Nosotros, como Gobierno de la República, vamos a entregar el documento, lo vamos a suscribir y lo vamos a dejar en custodia de la Iglesia para que en el plazo de una semana, a más tardar, los sindicatos que quieran suscribirse y pasar a la siguiente fase, que es el diálogo, sean bienvenidos”, dijo Núñez antes del encuentro.
Por ahora, los sindicatos pendientes de la consulta a las bases deberán de organizar las debidas Asambleas para someter el documento y dar al Gobierno una respuesta.
De igual manera, el Ejecutivo manifestó su anuencia y apertura de sentarse a dialogar con los gremios que así lo quieran.
Hasta la tarde de este lunes, al culminar el encuentro (alrededor de las 5:30 p.m.), el documento solo había sido firmado por cuatro jerarcas del Gobierno y ningún nombre de los sindicatos.
Acuerdo a medias
El Gobierno y los sindicatos culminaron la jornada número ocho de la serie de encuentros preliminares el sábado por la madrugada. Era el último día que las partes tenían para alcanzar un acuerdo, luego de que la Iglesia Católica puso como fecha límite el mismo viernes 28 de septiembre hasta las 10 de la noche para tener resultados.
Casi al borde las 5 de la mañana, las partes dieron una conferencia de prensa para dar a conocer el resultado: un documento de apenas dos páginas con cuatro puntos en el que establecieron los lineamientos y las condiciones de cada uno para sentarse a negociar una segunda vez de manera oficial, no sin antes de ser aprobado por las respectivas bases sindicales.
El documento establece, entre varias cosas, la conformación de una mesa multisectorial de diálogo con el objetivo de modificar el expediente 20.580 “por la vía que determinen los diputados, sea administrativa o legislativa”.
También el Gobierno se comprometió a que la representación fuera de “alto nivel”; siempre y cuando quedara claro que no apoyaría la modificación de un nuevo trámite del 208 Bis, como lo plantearon los sindicatos anteriormente.
Asimismo, la representación del Gobierno asumió el compromiso de hablar con la fracción oficialista y la presidente de la Asamblea Legislativa, Carolina Hidalgo, con el fin de “garantizar que el plan fiscal sea enviado a consulta según lo establecido en el artículo 157 del reglamento legislativo”. La intención es que en el espacio de diálogo se encuentren puntos de consenso.
También consta en la propuesta que el Gobierno, conforme con el ordenamiento jurídico, “garantizará que no exista ningún tipo de discriminación o represalia por el sólo hecho de participar en la huelga”, siempre y cuando las personas se reincorporaran a sus labores, una vez suscrito el documento.
Por último, las partes acordaron que la suspensión de la huelga quedaba en manos de la consulta que hicieran cada uno de los gremios a sus respectivas bases.
Ruptura de diálogo
El fin de semana estuvo cargado de versiones extraoficiales. La anunciada reunión que formalizaría el acuerdo alcanzado entre el Gobierno y los sindicatos, durante una maratónica jornada del viernes, no se realizó.
El diálogo que estaba pactado para las 3 de la tarde en la Conferencia Episcopal se interrumpió y tanto el Gobierno como los sindicatos hicieron conferencias separadas en las que cruzaron acusaciones.
La jornada inició muy temprano con la consulta que los dirigentes de los gremios hicieron a sus bases sindicales, pues estaba previsto que antes de efectuar un acto formal las organizaciones de base debían aprobar previamente lo acordado.
A partir del mediodía del domingo, a través de redes sociales, comenzó a informarse la negativa de los diferentes gremios. La Asociación Nacional de Educadores (ANDE), la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE), la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP) y el Sindicato de Trabajadores de la Educación Costarricense (SEC) rechazaron la propuesta.
El Sindicato Nacional de Enfermería (Sinae) avaló el documento pero dijo que debían seguir la decisión de la mayoría de los sindicatos.
Un caso especial fue el de la Unión Nacional de Empleados de la Caja (Undeca) ya que, durante la mañana de este domingo, informó que aprobaba “de manera unánime” el documento que se alcanzó junto con el Gobierno. Horas después, cerca de hora de la sesión pactada con el Gobierno, difundió un comunicado en el que afirmó que, pese a que respaldaban el documento, apoyaban la continuidad de la huelga.
Por un lado, los gremios acusaron al Gobierno de “haberlos plantado” y alegaron que la cancelación del encuentro les tomó por sorpresa, ya que no fue hasta una vez que se apersonaron a la sede que les indicaron que no iba a haber reunión.
“Lo primero que hay que decir es que la palabra negociación nunca existió. Lo que hubo fue un intercambio fuerte de pareceres de que si el déficit fiscal debería o no de enfrentarse con el plan fiscal”, dijo Albino Vargas, secretario General de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP).
Por su parte, la versión que ofreció el Gobierno fue que decidieron cancelar el encuentro debido a que los sindicatos incumplieron parte del acuerdo al que se llegó durante la madrugada del sábado: no dar a conocer la posición final ni el acuerdo hasta las 3:00 p.m. de este domingo.
“No es de recibo que nos vengan a decir que es un documento solo del Gobierno. Algo que hemos defendido es que la vía de construir procesos es mediante el diálogo. Hemos dialogado con ellos una y otra vez”, indicó Marcia González, ministra de Justicia.
Una vez más, el jerarca de Trabajo criticó el liderazgo de los gremios y dijo que existe división entre los mismos. Incluso, afirmó que algunos de ellos –sin especificar– querían negociar, pero que al mismo tiempo eran presionados por la mayoría que se opone.