La Curia Metropolitana de la Iglesia Católica informó hoy de que desconocía la denuncia penal por un delito sexual presentada contra el sacerdote Jorge Morales Salazar, detenido hoy en la frontera de Paso Canoas cuando intentaba huir de Costa Rica.
Mediante su vocero Jason Granados, las autoridades eclesiásticas de San José rechazaron responsabilidad alguna sobre los actos de Morales, pues aseguran que él ni siquiera cumplió su deber de reportar su salida del país.
El cura, denunciado por un joven de apellido Arguedas por supuestos abusos sexuales cometidos cuando este tenía 17 años, estaba suspendido de funciones parroquiales y solo podía dar misa en un convento de monjas, según Granados.
El reporte eclesiástico admite que Morales fue denunciado, pero rechaza que se trate de hechos contra menor de edad, pues sostienen que el joven ya tenía 19 años. En todo caso, ya hubo una desestimación desde Roma y ahora esperan una respuesta ante una objeción hecha desde San José. No quiso revelar el contenido de la resolución.
Morales estuvo asignado a la parroquia El Carmen, de San José, pero los hechos denunciados aluden al momento en que estaba en La Sabana, contó el joven Arguedas a UNIVERSIDAD. Agregó que denunció ante la Iglesia y que le restaron credibilidad a su versión. Después acudió al Ministerio Público, que confirmó la existencia de un expediente contra el sacerdote.
La Dirección de Migración reportó que Morales intentó salir del país a las 6:34 a. m. en el puesto fronterizo con Panamá, pero al presentar su pasaporte activó una alerta de Interpol emitida en su contra. Por ello lo entregaron a las autoridades judiciales, que lo trasladaría a San José para indagarlo y evaluar alguna medida cautelar.
Distinto fue el caso del sacerdote Mauricio Víquez, que pudo salir del país cuando estaba acusado penalmente por violar a un menor de edad, y ahora permanece en fuga.
