Opinión

El agronegocio en la UCR

El término negocio significa, en pocas palabras, una actividad que se realiza con el fin de obtener un beneficio económico.

El término negocio significa, en pocas palabras, una actividad que se realiza con el fin de obtener un beneficio económico. En la Universidad de Costa Rica no se ve el negocio como algo malo, más bien se promueve, tanto así que existe en la UCR una Escuela de Administración de Negocios. Igualmente existe la carrera de Administración de Empresas y el Posgrado en Administración y Dirección de Empresas, con el entendido de “empresa” como la entidad dedicada a algún negocio. Estas opciones académicas están debidamente aprobadas por los órganos correspondientes de la UCR.

En agricultura, cualquier actividad que no sea la que se realiza como pasatiempo es un negocio, concretamente un agronegocio. Los miles de agricultores y ganaderos de este país realizan su actividad a fin de obtener de ella un ingreso digno y, por lo tanto, están dedicados al agronegocio.

Esto incluye la producción para autoconsumo de las familias, ya que esta influye en la economía familiar. Igualmente, en nuestra Universidad hay una Escuela de Economía Agrícola y Agronegocios que busca, entre otras cosas, mejorar la rentabilidad de los agronegocios para propiciar una mayor calidad de vida en las zonas rurales. Esta escuela ofrece salidas académicas a nivel de grado y posgrado debidamente avaladas, y da soporte al Centro de Investigaciones en Economía Agrícola y Desarrollo Agroempresarial.

En sus 45 años de existencia, la Escuela de Economía Agrícola y Agronegocios ha hecho importantes aportes al desarrollo sostenible del país en sus tres dimensiones: ambiental, social y económica. Las cientos de personas graduadas tienen una sólida formación profesional en temas de administración agropecuaria, finanzas, política, organización y  agroambiente. Igualmente, por medio de la investigación y la acción social, la Escuela ha hecho aportes al sector productor agropecuario en esos y otros temas, y recientemente ha incursionado en el tema de la bioeconomía.

Desde el punto de vista académico, a nivel mundial se toma como inicio del área de los agronegocios la definición planteada por Golberg y David en 1957, cuando realizan su publicación sobre los agronegocios de los commodities. Con esto se da inicio a una amplia línea de estudio dentro de la economía agrícola y las ciencias económicas, con influencias y aportes de escuelas y departamentos de agronegocios de universidades norteamericanas (Harvard, Arkansas, Kansas, Manitoba, Guelph, Chapingo, Antonio Narro, Nuevo México) europeas (Roma, Holanda, Gotinga, Finlandia) y centro y sur americanas (La Molina, Talca, UCR, Zamorano, Santiago) y más recientemente de Asia y África.

Lejos, muy lejos de la academia y el área de estudio de los agronegocios, en 1993 se crea en Brasil, una organización gremial de terratenientes y grandes productores con el nombre de Asociación Brasileña de Agronegocios  (ABAG). A partir de ahí en Brasil se inicia una lucha ideológica que busca diferenciar este tipo de agricultura con la agricultura familiar, lo cual generó un concepto ideológico en idioma portugués:  Agronegócio, que refiere a las grandes agroindustrias.

Desafortunadamente, como es ideológico y no académico algunos sectores de la UCR han satanizado el concepto de agronegocio y también el de agroempresa. Además,  los limitan a empresas grandes y en particular a aquellas de baja responsabilidad social o ambiental, o las que cumplen con la etiqueta 3M: megaproyectos, monocultivos y multinacionales. Por extensión, se satanizan las organizaciones como las cámaras empresariales.

En el ámbito agropecuario eso es evidente en el discurso de esos sectores, quienes ignoran que dichas organizaciones agrupan a grandes y pequeños, y que hay cámaras en las que, por su naturaleza o su ubicación, los pequeños son claramente mayoritarios. Ejemplo de ellos son la Cámara de Pescadores de Guanacaste, o la Cámara de Ganaderos de Los Chiles,  dedicadas al agronegocio en su correcto sentido.

Estas aclaraciones son necesarias ya que bajo el auspicio de dos unidades académicas de la UCR se está convocando al tercer encuentro nacional de personas afectadas por los agronegocios. Con ello se le da al término agronegocios una connotación negativa, cuando en realidad la Universidad oficialmente reconoce el término agronegocio en su acepción correcta. Y no solo la UCR con la Escuela de Economía Agrícola y Agronegocios, también el Tecnológico de Costa Rica (TEC) con la Escuela de Agronegocios, la Universidad Nacional (UNA) con la licenciatura en Ingeniería Agronómica con énfasis en Agronegocios y la Universidad Estatal a Distancia (UNED) con la Cátedra de Gestión Empresarial Agropecuaria.

La FAO en su informe sobre el desarrollo mundial 2008 plantea que pueden existir sinergias sólidas entre los agronegocios, el rendimiento de la agricultura y la mitigación de la pobreza: los agronegocios eficientes pueden estimular el crecimiento agrícola, y un fuerte vínculo entre los agronegocios y los pequeños agricultores puede reducir la pobreza rural.

Los agronegocios en Costa Rica, generan el 12 % del empleo del país, en zonas donde se concentra la pobreza y da posibilidad de empleo a costarricenses e inmigrantes, quienes por sus competencias no pueden ser absorbidos por otros sectores de la economía. Los agronegocios de la agricultura familiar y los emprendimientos constituyen una generación de autoempleo en zonas de menor desarrollo relativo.

Los agronegocios costarricenses en toda su diversidad representan la tercera parte de las exportaciones del país, la tercera parte PIB si se toma el sector agroalimentario en su integralidad y  4,6 del PIB solo con la producción primaria. Luego del sector servicios y manufactura los agronegocios son el tercer motor de la economía del país.

Finalmente, recordemos que son los agronegocios los que producen más del 70% del alimento consumido por nuestra población, con lo cual llevan  salud y bienestar a nuestra mesa y garantizan la seguridad alimentaria de nuestro pueblo.

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