Aunque la atleta costarricense Andrea Carolina Vargas Mena corre los 100 metros vallas desde los 15 años, no es sino hasta hace un año atrás cuando capta la mirada atenta del país. Luego de terminar el trazado en 12,9 segundos, obtuvo su medalla de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018, en una especialidad donde siempre solían ganarla países caribeños.
Sin embargo, la atención se hizo mayor y se tradujo en patrocinios y más apoyo empresarial desde las gloriosísimas tardes del 7 y 8 de agosto en los Juegos Panamericanos Lima 2019. En esa oportunidad hizo un 12,75 que le valió para reservar desde ya boleto para Tokio 2020 y luego se dejó la medalla de oro de la prueba, incluso ante atletas estadounidenses, quienes ponen su dominio desde la escena panamericana.
A su regreso de una gira por Europa, la joven de 23 años trabaja a doble sesión de entrenamientos. La primera, en la madrugada, en el Estadio Nacional, donde dispone de una pista de tartán y de vallas reglamentarias, condiciones muy similares a las que enfrenta en competencias. Y la segunda, ya iniciada la mañana, en el estadio Luis Ángel Calderón de su natal Puriscal; con unas vallas de tubo de PVC hechas por su padre, Juan Manuel Vargas Morera, y en una pista de asfalto que hace un año estaba quebrada, según ella misma describió en entrevista anterior. Sin embargo, en esta visita que hizo UNIVERSIDAD, la pista estaba arreglada y sin ningún tipo de quebraduras. En el centro había una cancha sintética, y contiguo a la pista está la cancha del equipo de fútbol que por muchos años jugó en la Liga de Ascenso.
De acuerdo con la vallista, para arreglar la pista tuvo que mediar la presión de una vecina que, tras caerse y sufrir lesiones de consideración al ejercitarse en el antiguo asfaltado, amenazó con demandar a la Municipalidad y al Comité de Deportes de Puriscal si no se le hacían mejoras.
Este semanario le consultó a la mayor de las Vargas Mena cómo ha sido el proceso de preparación desde Lima y cuáles son sus expectativas tanto para el Mundial de Atletismo de Doha, donde correrá el 5 y 6 de octubre, como para las justas japonesas del otro año.
Se sabe que a usted desde niña le gustaba correr, pero, ¿cuándo se decidió por los 100 metros vallas antes de cualquier otra especialidad?
—Yo empecé a correr 100 metros vallas de manera decisiva hace siete años. Antes de eso hacía otras pruebas como heptatlón, hacía pruebas de fondo y hasta hice 13 kilómetros. Entonces sí hice muchas pruebas, pero fue hasta que tuve 15 años que encontramos que teníamos la fluidez en las vallas, entonces nos inclinamos en esta para poder asistir a los mundiales.
Ahora que me toca el tema del heptatlón, se sabe que en esa disciplina, en el pentatlón, usted incluso ha sido campeona centroamericana. ¿En algún momento ha pensado retomarlas o piensa dejarlas de lado por las vallas?
—Ahora únicamente en las vallas. No puedo estar cambiando de prueba porque sería algo que me atrase el proceso deportivo. Sí me encantaban el heptatlón y el pentatlón, pero requieren de muchas horas de entrenamiento, de mucha dedicación, más que las vallas. Entonces me inclinaré por ahora solamente en las vallas.
¿De qué modo considera usted que le ayudó la gira por Europa que tuvo recientemente por Suiza y Croacia, y qué tan parecidas encontró usted las condiciones de estos lugares a las que se espera encontrar en Qatar?
—Creo que me sirvió demasiado para ver más o menos cómo van las otras atletas, y también para medirme con ellas. Obviamente, las condiciones son totalmente diferentes, las pistas fueron muy buenas, muy bonitas, y también fueron pruebas de calidad mundial; entonces me da más seguridad de poder asistir al mundial y dar lo mejor. Eso fue más que todo para preparación para un fogueo antes del mundial, y para ver también cómo nos sentíamos antes de ir al mundial.
Se sabe que en este momento, a raíz de su medalla de oro en los Panamericanos, le aumentaron la beca de aquí a lo que reste del año y seguramente para el próximo. ¿Qué tan bien le cae el aumento de aquí hasta el otro año para el final de su preparación para Tokio 2020?
—Sé que el Icoder me aumentó la beca, eso está por reglamento, ¿verdad? que ganar medalla de oro en Panamericanos da el monto. Para mí es muy bueno, me genera mucha satisfacción y me va a ayudar mucho para cubrir los gastos de entrenamiento, adquirir más equipo deportivo y cubrir los gastos de mi entrenadora.
¿Cómo ha sido su proceso de preparación desde que vino de Lima, y cuáles son las condiciones que espera encontrar en Qatar? ¿Cuáles son las expectativas que maneja para este torneo?
—Después de Lima fue muy cansado. La prensa estuvo, por supuesto, pero traté de hacer mis entrenamientos y dedicar a la prensa dos semanas. Entonces sí me tuve que acomodar un poco; fue muy ajetreado, me sentí un poquito cansada, y bueno, no se pueden hacer las mismas cargas de entrenamiento que antes de Lima. Entonces para Europa fui ahí planificando bien las cargas de entrenamiento y ya ahora estoy subiendo un poco para dar lo mejor en Qatar.
Las expectativas; yo espero dar una muy buena representación a Costa Rica y espero que sea un muy buen papel. No sé cómo me irá, pero espero hacerlo lo mejor que se pueda.
Se sabe que desde ya tiene reservado un tiquete para Tokio. ¿Cómo le servirá este mundial de Doha de preparación para Tokio 2020?
—Me va a servir mucho. Yo le digo a mi entrenadora que va a ser como un fogueo o una preparación antes de ir a Tokio, como un ensayo, más que todo. Para mí va a ser muy importante este mundial pero voy a disfrutar mucho, voy a dar lo mejor de mí; y como le digo, ya mi tiempo fue en Lima, esperamos que podamos dar un buen papel en Qatar. Pero ya después de ahí voy a empezar mi pretemporada; estoy en mi descanso, ya después voy a empezar en Estados Unidos. Entonces espero tener buenas condiciones físicas y mejorar con esas condiciones de entrenamiento y deportivas allá en Estados Unidos.
Ya que se va para Estados Unidos, ¿quién la va a entrenar y de qué manera va a tratar de mantener al tanto a su entrenadora actual sobre sus progresos? ¿Qué tan avanzado va lo que ya se haya trabajado, complementado con lo de allá?
—El proceso deportivo lo voy a llevar igual con mi entrenadora, ella me va a hacer mis planes de entrenamiento, todas las cargas, yo ya sé cómo trabaja ella y ella sabe cómo yo entreno. A veces entreno sola y a veces vengo acompañada, entonces ya estoy muy acostumbrada a estas cosas. También mi esposo me va a ayudar mucho, vamos a tomar fotos, videos de la técnica, ver videos y todo para poder ir mejorando. Y bueno, tener las mejores condiciones en Estados Unidos creo que me puede ayudar mucho a salir adelante.
A raíz de su éxito deportivo en Lima, ¿ya se le empezaron a acercar patrocinadores privados y públicos? Porque la vez anterior que conversamos, usted me dijo que todo era apoyo familiar, el Icoder, el CON y nada más.
—Desde el año pasado, después de Barranquilla, Kölbi (un operador de telefonía móvil) me empezó a ayudar y ahora estamos en esto. Nada más que a veces cuesta un poco porque a veces nada más me quieren dar un artículo, tomar foto, y, o sea, así no, verdad. No, tiene que valorarse más al atleta profesional. Y bueno, estamos en esto, esperemos llegar a un poco más de patrocinios y seguir adelante.
¿Qué tanto de aliciente tiene el hecho de que para Doha van a ir usted y tres más, incluida su hermana (Noelia, marchista)?
—Claro, una satisfacción muy grande, un orgullo familiar la verdad. Tener dos hermanas en un mundial es muy difícil de ver. Mi familia está orgullosa; y por dicha mi mamá es nuestra entrenadora, nos guía mucho, nos apoya mucho, nos exige mucho. Pero sabemos que es para mejorar. Y muy feliz, porque es la delegación más grande que ha ido al mundial, y compartir y dar lo mejor.
¿Y su entrenadora también va a tener la oportunidad de asistir a Doha, o tuvieron que sacrificarla para ir ustedes dos y la delegación faltante?
—Yo creo que ella va a asistir al mundial por tener más atletas en el mundial. Eso espero, ¿verdad?
