Opinión

Día de la farmacopea

Estudiando la escatología musulmana para reforzar conceptos de mi libro inédito llamado Relatos Islámicos

Estudiando la escatología musulmana para reforzar conceptos de mi libro inédito llamado Relatos Islámicos (una sugerente modalidad que algunos llaman novela histórica, y que en cambio yo la llamo revisión bibliográfica con libertad narrativa, es decir, que a la vez que se cubre con respeto al suceso histórico se le va encajando a éste alícuotas del ingenio individual) me enteré que en Irán se honra con el Día de la Farmacopea, el 27 de agosto, a Al-Razi (Abū Bakr Muhammad ibn Zakarīyā al-Rāzī; c. 865 – c. 925), polímata persa que realizó aportes fundamentales y duraderos a la Medicina, la Farmacia y la Física, y quien escribió más de 180 libros y artículos científicos.

Aclaro que la escatología islámica (y la cristiana y las religiones en general) consiste de una serie de reflexiones sobre las cosas finales, bien de la vida individual o del fin del mundo o fin de los tiempos y los hechos que tendrán lugar antes y después de dicho momento. Comprende el concepto muerte y la vida después de la muerte, el binomio cielo e infierno, etc. Coincide con la fe cristiana en que aparecerán una serie de señales previas o signos y acepta la figura de un salvador como protagonista de dicho periodo. En el Islam uno de los signos, entre muchos, es el Advenimiento de Jesús de previo a la llegada del Mahdi.

Al-Razi contribuyó de muchas maneras a la práctica inicial de la Farmacia Oficinal compilando textos en los que presenta el uso de ungüentos a base de plantas medicinales, azufre y los llamados mercuriales (para el tratamiento de la sífilis). Obtenía los extractos crudos por lixiviación, y además, extendió el uso de aparatos farmacéuticos como morteros, cristalería especial (matraces, probetas, pipetas), espátulas, alambiques, estufas, etc.

En los textos de al-Razi se describen formulaciones oficinales que constituyen parte del hacer rutinario en la oficina del farmacéutico, eso sí, siguiendo las buenas prácticas de manufactura.

Al-Razi dijo: “Mi paciencia y diligencia en buscar una respuesta científica al tema específico de la Salud ha sido tal que he escrito 20.000 páginas y además gasté 15 años de mi vida –día y noche– escribiendo mi gran recopilación intitulada Kitab al-Hawi fi al-tibb (‘Al Hawi’ o el Libro Integral de Medicina). Fue durante este tiempo que perdí gran parte de mi vista, se me llegó a paralizar la mano, con el resultado que ahora estoy privado de la lectura y de la escritura”.

Así habrá de quedar el suscrito tratando de demostrar que las Preparaciones Oficinales y las Preparaciones Magistrales son dos cosas distintas. Las primeras la integran los medicamentos destinados a su dispensación directa a los pacientes atendidos por las oficinas de farmacia, preparados por un farmacéutico o químico farmacéutico; las segundas son aquellas que cumplen expresamente una prescripción facultativa detallada de los principios activos. Y no se dice por alardear de polímata, sino porque está definido en las diferentes farmacopeas que Costa Rica considera oficiales, según la Ley General de Salud, y porque Costa Rica ayudó a la elaboración del Formulario Iberoamericano: Guía de Buenas Prácticas de Elaboración y Control de Calidad de Preparaciones Magistrales y Oficinales.  Red EAMI: Red de Autoridades en Medicamentos de Iberoamérica, “cuyo texto aprobado por el grupo fue posteriormente aprobado por los jefes de las Autoridades Reguladoras de Medicamentos, en el 10º Encuentro de Autoridades competentes en Medicamentos de los países Iberoamericanos, celebrado en El Salvador el 23 octubre de 2014” (sic). Lo rubricó la Dirección de Regulación de Productos de Interés Sanitario de Costa Rica, ente del que nadie ha acertado respecto a su ubicación.

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