País Entrevista director de Cendeisss, Juan Carlos Esquivel

Falta de especialistas es un problema casi imposible de solventar

Según datos de la CCSS, el mayor faltante de especialistas se concentra en Anestesiología, Neonatología y Oftalmología. Actualmente la institución intenta disminuir la brecha con el fin de acortar los tiempos de espera.

Una de las variables que alargan los tiempos de espera en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) es la falta de especialistas en los centros médicos; sin embargo, esta causa es “casi imposible” de solventar, según afirma el director del Centro de Desarrollo Estratégico e Información en Salud y Seguridad Social (Cendeisss), Juan Carlos Esquivel.

De acuerdo con el último informe de la Dirección de Proyección de Servicios de Salud de la CCSS, la mayor carencia de especialistas se concentra en Anestesiología, seguida de Neonatología y Oftalmología.

Según proyecciones de la Caja, desde el 2019 y hasta el 2023 la institución requeriría de 130 anestesiólogos, 60 neonatólogos y 47 oftalmólogos, los cuales serían distribuidos a nuevos proyectos de la CCSS y cubrirían la demanda insatisfecha de consultas, procedimientos y cirugías.

Actualmente, 855 profesionales de la Caja se encuentran en formación en las distintas especialidades; sin embargo, ese número aumentará a 916 para el próximo año.


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Esquivel comentó a UNIVERSIDAD las diferentes acciones que está tomando la Caja para solventar la falta de especialistas y cuáles son las variables que hacen “casi imposible” cerrar las brechas en las especialidades.

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“Se están haciendo esfuerzos importantes para que los hospitales de provincia funcionen como centros de enseñanza, no para formar totalmente a un especialista sino para que roten. Eso permite aumentar el número de gente en formación”.

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Las autoridades de la CCSS hablan desde hace mucho tiempo sobre una falta de especialistas. ¿Existe esa faltante en este momento?

—Se presentó un informe en marzo a la Junta Directiva. Hay especialidades en las que ya hemos logrado cerrar una brecha en cuanto a necesidad de especialidades, tales como Geriatría, Dermatología y Oncología, pero eso no quiere decir que hay que dejar de formar. Hay que estar haciendo un análisis constante porque si decimos que vamos a abrir un Hospital en Puntarenas, Cartago, o el ala quirúrgica del Hospital México, eso va a requerir de especialistas y lo vamos a tener que ver desde ya para los próximos tres o cuatro años.

¿Qué dice el informe sobre especialistas?

—Tenemos especialidades en las que no hemos logrado cerrar la brecha pero sí tenemos la opción de disminuir y en algunas hasta de cerrarla. ¿En cuáles especialidades se puede disminuir brecha al 2023? Anestesia, Oftalmología, Neonatología, Ortopedia, Ginecología y Radiología. Puede haber más brecha porque se amplían más servicios, se construye una nueva torre y hospital. Todos esos requerimientos los tenemos que ir vigilando. De aquí al 2023 vamos a tener bastante obra nueva y desde ya tenemos que ir formando médicos para esos lugares. Es ilógico que tengamos obra nueva y no tengamos recurso humano. Existe brecha pero la CCSS ha tomado acciones en las listas de espera. No toda la lista de espera es consecuencia de la falta de especialistas, pero, si no hay un especialistas, impactará esa lista.

¿Cuáles son las estrategias que ha implementado la CCSS para reducir la falta de especialistas?

—En marzo la Junta Directiva aprobó 61 plazas nuevas. Habían 61 más disponibles que tenía la institución y entonces hicimos en total 122 plazas nuevas. Eso se sumó a lo que ya había ingresado, eso nos hace pasar de ofertar 200 espacios a más de 300 por año para formación de especialistas. Eso conlleva además a que la institución deba buscar espacios para la formación en nuestras unidades. Ya no es solamente el Calderón o La Carit, sino que ampliamos la red de centros de la CCSS que puedan ser centros de docencia. Eso quiere decir que ya los podemos rotar por varios hospitales que la especialidad así lo permita. Básicamente ampliamos la capacidad instalada a hospitales periféricos, regionales y a clínicas mayores. Esas estrategias son de peso y las más importantes para el compromiso que tenemos de disminuir esta brecha. Sin plazas ni lugares de formación no podemos formar.

Cuando hablamos de falta de especialistas, ¿se podría decir que es algo que se arrastra desde hace años por falta de planificación? ¿A qué se debe?

—Ellos tienen una condición dual, están en una plaza que les dio la CCSS -por ende son funcionarios institucionales- y a la vez están matriculados en un sistema de estudios de posgrado. A nivel laboral, cualquier acto injustificado lo puede llevar a un proceso de separación laboral y, por consiguiente, la separación académica es inmediata. De igual manera, la plaza que da la CCSS a un médico residente es condicionada a ese proceso de matrícula. En cuanto a la planificación, yo tengo que tener en cuenta algún mínimo porcentaje de separaciones académicas y separaciones personales. Esas últimas son las principales razones por las cuales podemos perder especialistas. Hay especialistas que han fallecido en su período de formación, pero ese no es el mayor número. Otros que han sufrido algún tipo de enfermedad y han tenido licencias e incapacidades, y eso nos ha ido restando. Hemos tenido casos de licencias de maternidad y eso atrasa la formación. Todas estas variables van a jugar con el proceso de planificación que yo tenía que hacer. Nos está sucediendo también últimamente que estudiantes que están en una especialidad quieran cambiarse a otra.

Pero existe un rezago, ¿lo vienen arrastrando desde el 2016?

—En el 2016 la Junta creó plazas nuevas. Hubo dos tractos de plazas que se crearon. No sabría decirle. Yo sí sé que se disminuyó esa brecha y lo importante son las estrategias para disminuirla e inclusive cerrarla. En el 2016 sí hubo algunas especialidades que cerraron la brecha.

Entonces a futuro es casi imposible decir que no harán falta especialistas…

—Exactamente. Ese es el punto. Estamos haciendo mejores esfuerzos para eso, pero hay muchas variables que tienen juego en el proceso de formación de un especialista y que escapan al poder decisorio nuestro inclusive.

 ¿Existe un déficit de médicos que quieran estudiar especialidades?

—Sucede que hay una especialidad donde tenemos un déficit importante que es Neonatología. Porque para ser neonatólogo, el programa de estudios universitario dice que el requisito es ser pediatra. Muchos pediatras no quieren volver a estudiar otra especialidad. El año pasado ofertamos diez plazas para Neonatología y este año otras diez. El año pasado solo se presentaron dos personas y este año solo una. ¿Entonces qué hacemos? Hemos estado buscando otras estrategias en conjunto con la universidad. La universidad ya está buscando que no necesariamente tengan que ser pediatras, que puedan ser estudiantes de Pediatría de último año. Estamos viendo de qué forma podemos hacer la especialidad atractiva laboral y académicamente.Hay otras especialidades que no se forman en este país, una de ellas es Medicina Nuclear. Como institución hemos tenido que salir del país a ver dónde formamos estos médicos. Ahora mismo tenemos un convenio con la Universidad Pontificia de Chile para que se formen dos médicos nucleares. Es una especialidad que no porque no haya en todos los hospitales tenemos que olvidar, porque ya se está aumentando el servicio, se están jubilando, etc.

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